Del teatro de S.B. al infierno de Pizarnik (miniatura V)

Le pregunto a Lucas Margarit, estudioso del tema, ¿La obra de Alejandra Pizarnik Los perturbados entre lilas, no sería otro ejemplo de la influencia de Beckett sobre un autor latinoamericano?

A veces pensé que Los perturbados se instala en un espacio hipertextual con respecto a una de las piezas esenciales del teatro del absurdo, Fin de partie, y en un espacio intratextual con respecto a “Los poseídos entre lilas”; la última de las cuatro partes que conforman el poemario de Pizarnik, El Infierno musical. De este modo, y partiendo de aquella pieza como hipertexto, la autora argentina produce dos de sus escrituras más notorias.

Posiblemente, no diametralmente cierto. Tampoco falso.

Entonces.

Aquí: Intentar un ejercicio experimental (o puesta en escena doble) representando primero un fragmento de Fin de partie (1); y a continuación la última sección del poema dramático El infierno musical, “Los poseídos entre lilas”, de A. Pizarnik.

 

Fragmento 1 (S.B)

“HAMM (con arrebato): ¡Vamos los dos hacia el sur! ¡Por el mar! Construirás una balsa. ¡Las corrientes nos llevarán lejos, hacia otros… mamíferos!

CLOV: No hables de desgracias.

HAMM: ¡Me embarcaré solo! ¡Solo! Hazme una balsa inmediatamente. Mañana estaré lejos. CLOV (precipitándose hacia la puerta): Comienzo en seguida.

HAMM: ¡Espera! (Clov se detiene.) ¿Te parece que habrá tiburones?

CLOV: ¿Tiburones? No sé. Si hay, los habrá. Va hacia la puerta.

HAMM: ¡Espera! (Clov se detiene.) ¿No es la hora del calmante?

CLOV (con violencia): ¡No! Va hacia la puerta.

HAMM: ¡Espera! (Clov se detiene.) ¿Cómo sigues de la vista?

CLOV: Mal.

HAMM: Pero ves.

CLOV: Lo suficiente. HAMM: ¿Cómo andan tus piernas?

CLOV: Mal.

HAMM: Pero caminas.

LOV: Voy y vengo.

HAMM: En mi casa. (Pausa. Profético y voluptuoso.) Un día estarás ciego. Como yo. Estarás sentado en alguna parte, pequeña plenitud perdida en el vacío, para siempre, en la oscuridad. Como yo. (Pausa.) Un día te dirás, Estoy cansado, voy a sentarme, y te sentarás. Luego te dirás, Tengo hambre, voy a levantarme y hacerme la comida. Pero no te levantarás. Te dirás, No debí sentarme, pero ya que me he sentado permaneceré sentado un poco más, luego me levantaré y me haré la comida. Pero no te levantarás ni te harás la comida. (Pausa.) Mirarás un momento la pared, luego te dirás, Voy a cerrar los ojos, quizá duerma un poco, después todo irá mejor, y los cerrarás. Y cuando los abras ya no habrá más pared. (Pausa.) Lo infinito del vacío te rodeará, los muertos de todos los tiempos, resucitados, no lo llenarán, y estarás allí como una piedrecita en medio de la estepa. (Pausa.) Sí, un día sabrás lo que es eso, serás como yo, salvo que tú no tendrás a nadie, porque no te habrás apiadado de nadie y porque ya no habrá nadie de quien apiadarse”.

 

Fragmento 2 (A.P.)

“—Se abrió la flor de la distancia. Quiero que mires por la ventana y me digas lo que

veas, gestos inconclusos, objetos ilusorios, formas fracasadas… Como si te

hubieses preparado desde la infancia, acércate a la ventana.

—Un café lleno de sillas vacías, iluminado hasta la exasperación, la noche en forma

de ausencia, el cielo como de una materia deteriorada, gotas de agua en una

ventana, pasa alguien que no vi nunca, que no veré jamás…

—¿Qué hice del don de la mirada?

—Una lámpara demasiado intensa, una puerta abierta, alguien fuma en la sombra,

el tronco y el follaje de un árbol, un perro se arrastra, una pareja de enamorados

se pasea despacio bajo la lluvia, un diario en una zanja, un niño silbando…

—Proseguí. (En tono vengativo). Una equilibrista enana se echa al hombro una

bolsa de huesos y avanza por el alambre con los ojos cerrados.

—¡No! -Está desnuda, pero lleva sombrero, tiene pelos por todas partes y es de color

gris de modo que con sus cabellos rojos parece la chimenea de la escenografía

teatral de un teatro para locos. Un gnomo desdentado la persigue mascando las

lentejuelas…

—Basta, por favor.

— (En tono fatigado). Una mujer grita, un niño llora. Siluetas espían desde sus

madrigueras. Ha pasado un transeúnte. Se ha cerrado una puerta”. (2)

 

La pregunta final flota sobre el blanco. ¿No hay algo “allí” (no sólo en el lenguaje) que las une? ¿Cuestión de agógica?

                                                                       (Sin respuesta. Fin).


Notas

(1) Endgame en su versión inglesa.  // Pieza completa: Samuel Beckett, Final de partida (Fin de partie), 1957.  Documento online. Libros Tauro. Microsoft Word – Beckett, Samuel – Final De Partida.

(2) Libro completo: Alejandra Pizarnik, El infierno musical, 1971. Documento online. https://docs.google.com/…/0B2pra8lhhoOKU0xPa2Rk…/edit…


Imagen: Collage. Izquierda: Una escena de la puesta Endgame (Fin de partie), 1957, traducida del francés por el propio Beckett. Derecha: Portada de El infierno musical de Alejandra Pizarnik, 1971.

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