Los libros que nos faltan
Mañach lamenta en 1925 la decadencia cultural cubana; hoy, en plena agonía, faltan libros de crítica e historia que den sentido a nuestra identidad.
Mañach lamenta en 1925 la decadencia cultural cubana; hoy, en plena agonía, faltan libros de crítica e historia que den sentido a nuestra identidad.
En La Habana de los noventa e inicios de los 2000, el mercado de libros, limitado por la censura y la escasez de ediciones extranjeras, reveló un tiempo perdido y prohibido, donde la literatura moderna pugnaba por emerger frente a la ideología dominante.
He leído mucho, he escuchado más. Los libros y las voces de la gente hacen un aspaviento para que las palabras giren en una ventolera ciclónica hacia mí y que yo no me pierda las historias que fueron inventadas para ser oídas.