Carlos García Pandiello: “Miami fue una inspiración para Juan Ramón Jiménez”

“¡Qué tristeza esta de morir sin haber visto todos los paisajes, sin haber leído todos los libros!», escribió Juan Ramón Jiménez alguna vez. Uno de los paisajes que sí llegó a ver y a habitar fue el de Coral Gables, en el sur de la Florida, ya en las postrimerías de su vida. El documental Espacio: Juan Ramón Jiménez en Miami (2025), dirigido por Carlos García Pandiello, indaga en la huella del poeta de Moguer en esos lugares que hoy lucen tan desprendidos del imaginario de un poeta, y ha comenzado su andadura por festivales y sitios de exhibición. Su director, quien es escritor y guionista, accedió a contestar algunas preguntas sobre el documental y otros temas.

 

1- ¿Cómo surge la idea del documental?

La idea surgió durante un seminario de Poesía Peninsular que tomé en FIU. Yo cursaba un doctorado en Literatura Hispanoamericana y recién había comenzado a escribir para la televisión. La verdad es que me sentía un poco hastiado de la escritura académica y, en vez de ponerme a escribir otro research paper, le propuse a la profesora producir un breve documental sobre los aspectos más importantes de la estancia de Juan Ramón Jiménez en Miami, que va de 1939 a 1942. Pero en cuanto me puse a investigar me di cuenta de que nada que tenga que ver con Juan Ramón se puede tratar a la ligera. Fue entonces que decidí hacer un documental a la altura del poeta, con el rigor que este merece, aunque la producción tuvo que aplazarse por unos años. Y bueno, terminé escribiendo un research paper  que no fue un trabajo más, pues estuvo dedicado a analizar Espacio, Tiempo  y Romances de Coral Gables, las tres grandes obras que Juan Ramón escribió en Miami.

 

2- ¿Cuáles fueron las principales fuentes de archivo que utilizaste?

Uno de los retos a la hora de producir un documental histórico radica en cubrir los vacíos visuales relacionados con momentos o épocas pasadas. Afortunadamente, existen archivos fílmicos como Prelinger Archives e Internet Archives donde los realizadores pueden encontrar desde viejos reels  de la Segunda Guerra Mundial hasta las populares cintas de 8 y 16mm que a partir de los años 30 se hicieron cada vez más populares en Estados Unidos. Creo que sin esos archivos el resultado de mi documental hubiese sido otro, sobre todo porque la mayor parte del material que se encuentra en ellos está catalogado como “dominio público”. En cuanto al material relacionado con Juan Ramón y su esposa Zenobia Camprubí, creo que pocos escritores de la época fueron tan fotografiados como ellos. Gran parte de ese material ha quedado estampado en dos hermosas publicaciones de la Residencia de Estudiantes, Juan Ramón Jiménez. Álbum y Juan Ramón Jiménez. Premio Nobel 1956. La mayoría de las fotografías que se muestran en mi documental provienen de esos libros.

 

3- ¿Qué perspectivas tienes para su circulación y la llegada a una mayor cantidad de público?

Muy pronto el documental comenzará sus andanzas por varios festivales, principalmente en Estados Unidos y España, y espero que se le abran las puertas en algunas televisoras públicas. También lo pienso mostrar en universidades y otros centros de estudio. En otoño viajaré a Moguer, el pueblo natal del poeta, donde la película será mostrada en la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez. Es algo que me hace mucha ilusión.

 

4- En cuanto al concepto de la realización, ¿cómo se gestó la idea de una voz en off que fuera narrando y llevando de la mano a quien mira?

El recurso de la voz en off es algo sobre lo que medité mucho en la etapa de preproducción del documental, pues cada vez se utiliza menos en el cine de no ficción y suele ser visto como una práctica anticuada. Sin embargo, muchos directores lo siguen usando, sobre todo cuando el protagonista de la película es alguien ya fallecido. Creo que si no hubiera usado la voz en off muchas cosas se hubiesen quedado por decir. En el cine norteamericano, anglosajón, es un recurso al que se le sigue dando muy buen uso. El secreto está, pienso yo, en recurrir a un actor y no a un locutor profesional. En mi caso esa persona fue Xavier Coronel, un formidable actor ecuatoriano que supo interiorizar y expresar de forma extraordinaria el mundo y la obra de Juan Ramón Jiménez.

 

5- Para quien no ha visto el documental todavía, ¿cómo resumirías la relación de Juan Ramón con el entorno de aquel Miami que encontró? ¿Le debió algo a Miami? ¿Dejó en él como poeta y como persona algún sedimento, alguna huella?

Juan Ramón quedó deslumbrado con lo que encontró en Miami. Venía de la bulliciosa Habana de los años 30 e inmediatamente se sintió a gusto con la tranquilidad del sur de la Florida, un “silencio verde” que le recordaba a Andalucía, a Moguer, su pueblo natal. Las casas blancas, los Everglades (Moguer también está rodeado por pantanos), los pinos y los nombres españoles de las casas de Coral Gables lo hicieron sentir en completa armonía con el entorno. Tal vez por eso Coral Gables fue el lugar donde volvió a escribir poesía tras su salida de España, en 1936. Basta decir que Espacio, un largo poema en prosa inspirado en la llanura de la Florida, “inmensamente inmensa”, es considerado por muchos críticos como el poema más importante de su vasta obra. Alguien tan autorizado como Octavio Paz afirmó que era “un monumento a la conciencia poética del siglo XX”. Que el poeta español más influyente del siglo XX se inspirara en la geografía miamense para escribir su más distinguida composición lírica, te da una medida de la huella que dejó en él esta ciudad y su entorno.

 

6- ¿Por qué, a pesar de ser Miami punto de encuentro de varias generaciones de escritores en más de un siglo, persiste la idea de una ciudad literariamente pobre?

Creo que se debe a una visión estereotipada que se tiene de Miami: un paraíso bajo el sol donde siempre se está de fiesta, de compras o en la playa. Para mucha gente debe resultar difícil relacionar a esta ciudad con la literatura. De hecho, hace tiempo trabajo en un ensayo paródico que he titulado “Teoría de la literatura playera”. ¿Te imaginas encontrar en una librería un libro titulado “Antología de la poesía de Honolulu”, u otro que haga referencia a “la narrativa de Cancún” o “el teatro de Bávaro”? Creo que algo de eso ocurre con Miami. Claro, no ayuda nada el hecho de que la mayoría de los escritores que viven en esta ciudad, por prejuicios políticos y sesgos ideológicos, no son tomados en cuenta por el mundo editorial y académico.

 

7- ¿Tienes la percepción de que hoy la obra de Juan Ramon es leída y todavía apreciada, o le sucede lo que con tantos grandes poetas del siglo pasado que son o bien pasto del inclemente olvido o son más mencionados que leídos?

Hasta hace muy poco la percepción que se tenía de la obra y la figura de Juan Ramón era lamentable, sobre todo en su patria, donde ha sido uno de los seis escritores en recibir el Nobel de Literatura. Andrés Trapiello ha dicho que en España “se iba a degüello con Juan Ramón”. Carmen Hernández Pinzón, sobrina-nieta del poeta, ha comentado que por años este estuvo vetado en las universidades españolas. Esa aversión parece tener su origen en las desavenencias que existieron entre Juan Ramón y la Generación del 27, de la cual fue su mentor. Muchos de los integrantes de ese grupo, y sus discípulos, terminaron dando clases y sembraron la semilla de la animosidad hacia el poeta de Moguer.

Cuenta Hernández Pinzón que por décadas el interés editorial por su obra era casi nulo, lo cual me lleva a pensar que hasta en ese sentido Juan Ramón también fue un escritor muy miamense. Afortunadamente, eso ha comenzado a cambiar en los últimos años gracias a la labor de críticos y biógrafos como Trapiello, Javier Blasco, José Antonio Expósito y Alfonso Alegre Heitzmann. En Miami, Habey Hechavarría, un académico cubano, dedicó recientemente su disertación doctoral a estudiar la poesía juanramoniana del período americano. Ojalá mi documental contribuya a difundir la importancia que el autor de Espacio tuvo y tiene para el sur de la Florida: un gigante de las letras que puso a Miami en el mapa de la literatura en español del siglo XX.

 


Imagen de portada: Fotograma de Espacio: Juan Ramón Jiménez en Miami (cortesía de Carlos García Pandiello).

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