Cavilaciones (1)

Usurpación

Olle Montanus, uno de los personajes de El Cuarto Rojo de Strindberg, dice en uno de sus discursos: «No creo ir demasiado lejos si afirmo que la nación sueca es una nación infradotada, arrogante, servil, envidiosa, ruin y tosca. ¡Y por eso va a la decadencia, y a paso bien rápido, por cierto!»

¡Hum!, no podría superarlo; en todo caso cambiaría el sujeto.

 

País de sopones

«Vengo de un país de sopones», decía el viejo después de que supo que así le llamaban a quienes viven de limosnas. ¿Cuántas sopas no le habrían regalado a él sin que por ello tuviera una gran cultura de caldos? Sentía que los pájaros del campo eran más afortunados y se reía, se reía, hasta que las presillas del rencor le cerraban la boca; pero antes escupía y exclamaba: «¡Miserables!»

 

El soldado de Dios

Se hace llamar » El soldado de Dios» y se gana el pan y la gloria dando nocauts sobre el cuadrilátero. La prensa y el público lo idolatran. No siempre se tiene un campeón que, en nombre de El Salvador, ofrece a sus semejantes la sangre viva de la derrota.

 

Alineación

Aunque muchos escritores no militan en ningún campamento, no significa que todos, sin excepción, no tengan sus preferencias. Yo, por ejemplo, estoy ubicado en la extrema derecha de la balanza. ¿Cómo podría comulgar con la izquierda, situada en el mismo lado que está el corazón del que me observa?

 

País de escupidores

La sesión del parlamento se había extendido más de lo esperado y aún no se había debatido el asunto de las escupideras. Cuando por fin llegó el momento, el presidente afirmó: «es inexplicable, señores; somos el país que más escupe en el mundo. Como ninguna campaña ha tenido efecto, no nos queda más remedio que destinar una parte del presupuesto para comprar escupideras. A propósito, hemos situado una al lado de cada diputado»

Un estruendoso aplauso hizo retumbar el hemiciclo.

 

Grilletes

Sutiles cadenas de oro lleva la mujer discreta; el maquillaje suele ser más que reservado, mientras las frases apenas rebasan la envoltura de la palabra. En cambio, en asuntos imperceptibles, ¿quién no sospecha que la regla tuvo motivos de disensión, y que en lo tocante al pensamiento, cualquier argumento lascivo no se equivoca?

 

Cuestión de amor

Como señala la prensa, la participación de la comunidad ha sido pobre en el recibimiento del primer magistrado durante su visita a las provincias. En cambio, lo que no aduce esa misma prensa, es que el factor determinante no ha sido la supuesta impopularidad del ejecutivo, sino el reciente brote de sarna que afecta a millones de conejos enanos. ¿Quién, en un país tan noble como el nuestro, se va a negar a acariciar a un adorable conejillo?

 

Reliquias

¡Qué cortas parecen las calles y aceras de la niñez! Recuerdan a esas golosinas cuyo sucinto envoltorio apenas llega a disimular lo que contienen. Conforme nos estiramos se nos encogen los recuerdos, enquistándose en pequeñas cápsulas infantiles que amenazan con volverse cada vez más pequeñas, y a las que, por nuestro bien, hay que alimentar con trazos escurridizos, hasta que llegue el momento de injertarle el humillante antídoto de la leyenda.

 

Volatilidad

“La discusión acerca de la cordura y la anormalidad del hombre nos conduciría bastante lejos”, dice uno de los recluidos en el Pabellón de Cáncer, durante una conversación con un facultativo. De esta manera, A. Solzhenitsyn vuelve a introducir el esquema inmemorial de la cordura; esa zorra que se ha ganado la confianza y admiración de los que impugnan cualquier extremo, y aseguran que la estabilidad está en el centro. Como si los trenes no se descarrilaran con más frecuencia que las sillas voladoras.

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